El
25 de Noviembre de 2017, las fuerzas de Prefectura avanzaron sobre el
territorio de Lago Mascardi, Bariloche, a balas y palos. Allí, la
comunidad Lafken Winkul Mapu, desde el jueves 23 de ese mes, venía
sufriendo el hostigamiento y resistiendo a las amenazas de desalojo y
violencia de las fuerzas represivas que buscaban expulsarlos de sus
territorios ancestrales. Fue en ese avance indiscriminado que Rafael
Nahuel fue acribillado por la espalda. El saldo de esta represión
fue, además, la detención, incomunicación y tortura de dos jóvenes
de la comunidad y la presencia de múltiples mujeres y niñxs
heridos.
Este no era el
primer hecho al que nos enfrentábamos en el largo raid represivo en
el que el Estado Argentino buscaba hacerse de los territorios
originarios. Ya el 1ro de Agosto, la Gendarmería. había entrado en
el Pu Lof Cushamen en Resistencia, en Río Negro, y terminamos
reclamando en las calles por la aparición con vida de Santiago
Maldonado.
Dos hechos, una
misma historia. La historia que desde hace siglos busca aniquilar a
nuestros pueblos ancestrales y poner sus territorios a producir para
el mercado capitalista. Los Roca, los Alsina, los Martínez de Hoz de
los comienzos de nuestro Estado nacional, hoy se llaman Benetton,
Lewis, La Alumbrera.
Dos hechos, una
misma lucha. La lucha por la dignidad y la devolución de esos
territorios que les fueron extirpados a sangre y fuego a sus
pobladores originarios.
Dos hechos, un
mismo resultado. La desaparición de luchadores sociales que no
tuvieron miedo de pelear por sus ideas. La represión y la violencia
del despojo.
Este último 25 de
enero salimos a las calles nuevamente a dos meses del asesinato de
Rafael Nahuel en manos de las fuerzas del Estado Argentino. Salimos
a denunciar porque jamás se investigó a la prefectura que entró a
bala de plomo y con armamento de guerra (tal y como lo muestran las
múltiples vainas de bala que se encontraron y registraron en los
expedientes de rastrillajes posteriores), fusilando a Rafael. En
cambio, el gobierno ha ocultado y silenciado las investigaciones de
estos asesinatos, y ha avanzado en el proceso de militarización de
los territorios originarios que buscan ser recuperados. Junto con
esto, ha premiado a las fuerzas represivas con ascensos, como en el
caso del principal imputado en el asesinato de Santiago Maldonado
(Emmanuel Echazú), en una flagrante burla a quienes exigimos la
resolución de estos casos, y continúa persiguiendo a testigos y
abogados con el fin de amedrentar sus declaraciones.
Desde
el Estado se busca estigmatizar la lucha de los pueblos originarios,
generando irrisorios documentos ministeriales que buscan crear un
enemigo interno (a la manera de terroríficos procesos históricos
como el de la Doctrina Monroe y el terrorismo de Estado de los `70) y
que inventan “actividades terroristas” con el mero fin de
judicializar y justificar la represión y asesinato de luchadores
sociales.
Además,
los poderes políticos han violado cada uno de los protocolos de DDHH
y han ignorado sistemáticamente acuerdos internacionales, como el
Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), e
incluso el artículo 75, inciso 17, de la Constitución Nacional, que
exige el reconocimiento de la preexistencia étnica y cultural de los
pueblos indígenas, procurando “garantizar el respeto a
su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural;
reconocer la personería Jurídica de sus comunidades, y la posesión
y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan;
y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo
(…) Asegurar su participación en la gestión referida a sus
recursos naturales y a los demás intereses que los afecten”.
Además,
la prórroga de la ley 26160 que prohíbe el desalojo de las tierras
que ocupan los pueblos originarios, se vuelve letra muerta cuando
vemos que aquellos territorios que resultan estratégicos para las
ganancias de unos pocos son territorio liberado para la masacre de
quienes los habitan.
Finalmente,
y sin más, se ha ninguneado la historia de nuestro continente,
negando y disminuyendo la existencia de nuestros pueblos originarios.
Un ejemplo de ello, son las declaraciones de Mauricio Macri en la
Conferencia de Davos, el mismo 25 de enero, en las que plantea que
“en Sudamérica, todos somos descendientes de europeos”, o la
constante reivindicación que años atrás ha hecho en sus
declaraciones el ex Ministro de Educación, Esteban Bullrich, de la
“conquista del desierto”, desconociendo la explícita masacre que
ha sido el avance y la constitución del Estado Nacional sobre los
múltiples y diversos pueblos que han ocupado el continente desde
siglos.
Así,
en una línea de continuidad entre los diferentes poderes del Estado
(nacional y provincial), y sin importar el color político, se
derriban las conquistas obtenidas por las históricas luchas de los
organismos de derechos humanos y la clase trabajadora, reprimiendo y
amedrentando, encerrando a los y las luchadores y luchadoras con
causas inventadas, mientras que los genocidas que han cometido
crímenes de lesa humanidad son beneficiados con la prisión
domiciliaria, como el represor Miguel Etchecolatz.
Como
hemos dicho infinidad de veces, campesinas/os, trabajadoras/os,
pobladoras/os originarias/os somos los sujetos de la represión...
porque somos los/las sujetxs de la transformación. Nos quieren
ejemplificar a sangre y fuego PORQUE NO TENEMOS MIEDO.
Seguiremos
llenando las calles, las rutas, las plazas, todxs hermanadxs en esta
lucha para que los pueblos originarios recuperen sus tierras. Porque
el grito por “Justicia y Castigo” se transforme en la realidad de
nuestra construcción cotidiana. Porque no queremos más presxs por
luchar, y tampoco queremos más genocidas en sus casas.
Continuaremos
en las calles porque en esta lucha se juega la historia de los de
abajo, se juega nuestro presente ... pero también es la lucha por
nuestro futuro.
¡Basta
de criminalizar a luchadorxs sociales!
¡Basta
del uso de las fuerzas represivas para reprimir a la clase
trabajadora!
¡Basta
represión estatal!
¡Castigo
y Juicio a los culpables por el asesinato de Rafael Nahuel y de
Santiago Maldonado!
¡Restitución
YA de las tierras a los pueblos originarios!
¡Libertad
inmediata a Facundo Jones Huala!
¡Fuera
Bennetton, Lewis, Barrick Gold y Monsanto/Bayer de nuestras tierras!
Organización Político Social SUBVERSION
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