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miércoles, 24 de octubre de 2018

¿Sólo le pido a Dios? Cuando la iglesia y el estado resultan ser la misma cosa.

La clase trabajadora sufre en el cotidiano la cada vez más ajustada realidad de ser el objeto de sacrificio de este sistema, que tiene al gobierno de Cambiemos y al FMI como principales verdugos. Salarios que han perdido más de un 15% de su poder adquisitivo; una tasa de desempleo que supera ya el 9%; aumentos de tarifas en los servicios que superan, en algunos casos, el 100%.
Hace tiempo, venimos reclamando un plan de lucha que integre las múltiples problemáticas que sufrimos en la actualidad. Y la respuesta de la burocracia sindical ha sido contundente… Ir a rezarle a la virgen de Luján. Sí. Algo que no soporta ningún análisis político marxista. Algo que no se condice siquiera con el rol que el capitalismo le ha asignado a los sindicatos en este sistema: la posibilidad de con tener los excesos de la lucha de los y las trabajadores/as.
Mientras nuestra realidad nos muestra que cada vez tenemos menos plata en los bolsillos para el pan, que nuestros derechos se vulneran día tras día en pos de concentrar las ganancias del capital, sacándonos el trabajo, y que la injusticia cotidiana es el motor que nos lleva a la lucha, la respuesta de los representantes sindicales, la oposición y algunas organizaciones sociales es una medida esotérica que reclama al espíritu santo “Paz, Pan y Trabajo”. El reaccionario plan de lucha le reclama al “cielo” lo que nos están quitando en la “tierra”. Toda realidad cercana con el medioevo es pura coincidencia.

Una burla al movimiento de Mujeres
Este año, la lucha por el aborto seguro, legal y gratuito, llevada adelante por la lucha de las mujeres puso en evidencia el rol que la iglesia católica tiene en el poder político, y logró posicionar en la agenda social un reclamo que se vuelve cada vez más claro: la separación de la iglesia y el estado.
La respuesta de la burocracia sindical, la oposición y algunos movimientos sociales, de movilizar a la Basílica de Luján con el objeto de realizar reclamos económicos y políticos reviste, bajo la superficie, un oscuro tinte político: ratificar el poder político de la iglesia católica. No es casual que el esoterismo sindical no reivindique otras religiones. Lo que nos dicen estos sujetos reaccionarios de la lucha es que la iglesia, con el Papa Francisco a la cabeza, seguirá haciendo política sobre nuestros cuerpos. No importa el color político. PRO, PJ, Kirchneristas, F. Renovadores, todos seguirán imponiendo la lógica patriarcal de la iglesia católica sobre nuestras vidas.

El mensaje a la lucha de las mujeres es claro. No importa que seamos las hijas de las brujas que la iglesia no pudo quemar en el medioevo. Si no pudieron con ellas, intentaran con nosotras. Y son los supuestos “representantes de la clase trabajadora y los sectores populares” quienes se encargan de enarbolar este mensaje.

No podemos dejar que nos sigan vendiendo espejitos de colores verdes. Por más pañuelos que lleven en el cuello hacia la basílica, el movimiento de mujeres no puede dejar que los sindicatos, que deben luchar contra la violencia hacia las mujeres en los ámbitos laborales, reivindiquen el poder político de una iglesia que ha ejercido sobre las mujeres a lo largo de la historia todas las formas de violencia física, psicológica y emocional conocidas.

Se ríen de la clase trabajadora
Hace tiempo que la clase trabajadora viene reclamando un plan de lucha que golpee fuerte a las estructuras de poder e imponga los reclamos de nuestra organización política. Exigimos que las dirigencias sindicales y políticas estén a la altura de las circunstancias y contemplen una lucha que rompa con la fragmentación de problemáticas a la que nos expone el sistema. La devolución a esta exigencia ya no es sólo una medida que promueve una conciencia fragmentada que nos aísla y facilita la dominación, sino que además nos propone reproducir una conciencia falsa, de que todos los males podrán ser remediados a través de una justicia divina.
El inmovilismo de esta peregrinación a Luján (una medida bíblica en el contexto de una crisis profunda para las sectores trabajadores), denota el deseo de la dirigencia sindical y política de no luchar. Es un juego perverso , al mejor estilo de la perversidad de la iglesia católica, de ejercer una suave presión acomodaticia, que dilate todo al 2019. El juego de garantizar la institucionalidad democrática burguesa, para sumar en las urnas. Hoy, en Luján, comenzó la campaña electoral hacia el 2019, y los muñecos políticos comienzan a posicionarse.
Y en el medio, los y las que seguimos sufriendo el hambre, los y las que vemos avasallados nuestros derechos, somos los/as mismos/as. La clase trabajadora no puede permitir que quienes se disfrazan de compañeros y compañeras sean los que nos entregan todos los días en la lucha. Debemos recuperar los sindicatos para que ya nadie nos ponga como carne de cañón del capital.


¡Separación de Iglesia y Sindicato ya!
¡Separación de la Iglesia y el Estado ya!


Frente Universitario de Luján, en SUBVERSIÓN. Espacio de Lucha Territorial Río Bravo, en SUBVERSIÓN

domingo, 14 de octubre de 2018

Ya estamos en Trelew!!


Viajamos el 33° Encuentro Nacional de Mujeres, en Trelew, Chubut. Entre talleres y actividades culturales, miles de mujeres copamos las calles para seguir abrazándonos, encontrándonos y construyendo el mundo feminista que deseamos…
Compartimos el documento que llevamos al Encuentro:


Octubre 2018


33° Encuentro Nacional de Mujeres- Chubut : La lucha que nos encuentra

Llegamos al 33° Encuentro Nacional de Mujeres con un balance de lucha que crece y que no para. Hoy, en los ámbitos más recónditos de nuestro país, se discuten cuestiones centrales de nuestros reclamos y reivindicaciones, como la necesidad de implementar la Educación Sexual Integral en las escuelas, o el aborto legal como una política de salud pública. También hemos impuesto el debate de la separación de la Iglesia y el Estado.
Pero estos logros nos conllevan responsabilidades políticas. Hoy, más que nunca, debemos balancear formas mancomunadas de articulación para que esta lucha siga creciendo. Debemos ensayar nuevas herramientas que nos permitan alcanzar nuevos debates y prácticas colectivas, que construyan día a día un mundo feminista.

Y ahora que estamos juntas…
Venimos pisando fuerte, juntas en las calles, en las escuelas, en nuestros lugares de trabajo, en los medios de comunicación, en las casas… Hasta la justicia y la política patriarcal viene teniendo que escuchar nuestro grito. Cada paso que damos construye cimientos fuertes para la destrucción de esta sociedad que nos esclaviza, somete, amenaza y asesina. Sin embargo, nos queda mucho por alcanzar todavía.
Hoy, las mujeres y disidencias debemos luchar contra el ajuste, los intentos de reforma laboral que quieren legislar; contra los despidos y la desigualdad salarial a igual tarea; por nuestra condición de clase y genero y por la defensa de nuestros territorios. Debemos luchar contra la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional, y el G-20 (en todas sus formas, como por ejemplo el Woman 20) que buscan imponernos flexibilización laboral, expoliación de recursos naturales, miseria y pobreza.
Debemos luchar para dejar de ser las desaparecidas en democracia. Nos secuestran las redes de trata en connivencia con la policía y el amparo del Estado para explotarnos sexualmente. Nuestros cuerpos siguen siendo territorio de conquista. La cultura machista y capitalista nos convierte en mercancías, propiedad de y al servicio de otros, sin poder decidir sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos ni nuestros territorios.
Debemos redoblar la lucha para poder decidir sobre nuestros cuerpos, la maternidad o la crianza. Se nos presenta la maternidad obligatoria como único plan de vida, no importa en qué condiciones. Nos penalizan cuando decidimos no ser madres; mientras, este mismo sistema que nos ve como “frascos”, no penaliza a quienes provocan los abortos espontáneos del agronegocio.
No podemos dejar de luchar por no ser relegadas a la esfera de lo doméstico para proveer servicios como la organización del hogar, el cuidado a los varones e hijos/as y las tareas domésticas. Estas tareas son esenciales para el capitalismo pero no son reconocidas como trabajo y por tanto, son impagas. Debemos poder elegir cada una de las tareas que realizamos.
La lucha se debe volver más fuerte por las que ya no están. Las mujeres, lesbianas, travestis y trans somos el blanco de femicidios y travesticidios, violencia de género, violaciones y abusos, acoso sexual laboral, criminalización y asesinatos por defender la vida y nuestros territorios, acoso callejero y lesbo y trans odio. Ya no lo podemos permitir más. Por ellxs debemos seguir gritando.
Y a nuestro grito sumamos todas aquellas mujeres y cuerpos con capacidad de gestar pobres que mueren por abortos clandestinos: la pena de muerte que nos persigue por querer tener la libertad de elegir ser madres o no, y la forma de hacerlo. Por ellas, seguiremos reclamando la legalización del aborto Seguro y Gratuito. Porque será ley. Y una vez que sea ley, seguiremos en las calles para exigir su implementación.
Como también seguiremos exigiendo la implementación de la ley de Educación Sexual Integral (N° 26150) en las escuelas para que los niños, niñas y adolescentes y adolescentas crezcan en una sociedad nueva, donde se respeten nuestro y sus derechos. Pelearemos por la implementación de la Ley de Parto Humanizado (N°25.9929, de 2004) porque las mujeres nos merecemos ser respetadas en los hospitaes cuando vamos a parir. Exigiremos la implementación de la Ley de Protección Integral a las Mujeres contra la Violencia de Género (N°26.485, de 2009) porque no podemos dejar que sea el propio Estado el que sostiene y reproduce la violencia hacia nosotras.
Seguiremos peleando por estas leyes que son sólo herramientas útiles si nos organizamos y exigimos su cumplimiento. Y aún así, no contienen el poder de cambiar las relaciones. Somos nosotras las únicas capaces de subvertir las relaciones de opresión que nos atraviesan para empoderarnos a través de la unidad de la lucha.
…Arriba el feminismo que va a vencer!!!
Sólo con la lucha lograremos el aborto legal, seguro y gratuito, y la defensa del sistema de salud pública que lo garantice. Asimismo, conseguiremos que se haga efectiva la Ley de Parto Humanizado y se generen las condiciones necesarias para que las mujeres podamos parir en los hospitales públicos sin ser maltratadas y sin sufrir la violencia de las prácticas médicas.
Es fundamental comenzar a discutir el rol opresor del Estado en esta sociedad capitalista patriarcal.
El Estado nos violenta constantemente en forma directa, con la represión y criminalización; en forma mediada -como cómplice de la violencia, ignorando nuestros derechos y avalando prácticas misóginas-, y a través de su constante necesidad de homogeneizar, binarizar y estandarizar la diversidad de formas, cuerpos y territorios bajo la lógica de una sola nación. Es central abrazar la lucha de nuestras compañeras originarias, que nos exponen que el feminismo trasciende los límites fronterizos impuestos por el capital, y que el patriarcado se combate en todas las naciones en donde las mujeres, lesbianas, travestis y trans estemos dispuestas a dar la lucha. Vamos por un Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans!!
Nos debemos dar un debate profundo sobre la necesidad de dejar de subsidiar con el bolsillo de la clase trabajadora las escuelas privadas, y en particular las religiosas, que hoy impiden la implementación efectiva de la Educación Sexual Integral. Debemos garantizar la igualdad de acceso y permanencia de las mujeres en todo el sistema educativo, dado que somos las mujeres quienes sufrimos maltratos, abusos y violencia en escuelas y universidades. Nos debemos dar una politica de discusión y creación de Protocolos contra violencia en todas las instituciones del sistema educativo.
Exigimos que se haga efectiva la separación del Estado y la iglesia porque en esta institución vetusta se van los fondos que no reciben la salud y la educación públicas. Debemos redoblar la apuesta por un estado laico, lejos de los cultos religiosos.
Las calles de Chubut serán nuestras! 


 







SUBVERSIÓN
Independientas
Manada Ecofeminista La Tierra que nos Parió

 Las Floras Libertarias