JORNADAS DE LUCHAS AMBIENTALES CONTRA EL
EXTRACTIVISMO”
En el año 1972 la Organización
de las Naciones Unidas declaró el 5 de junio como el Día Internacional
del Ambiente. Hoy, quienes venimos luchando por nuestro deseo de vivir
una vida digna en un ambiente sano transformamos este día en nuestra jornada de
lucha porque creemos que para cuidar nuestro territorio, nuestro ambiente y nuestros lugares de trabajo es
necesario mucho más que palabras y declaraciones.
En estas JORNADAS DE LUCHAS AMBIENTALES contra el EXTRACTIVISMO,
asambleas, organizaciones y militantes independientes, a lo largo y ancho de
todo el país, llenamos de actividades las calles, las universidades, las rutas,
los centros culturales, las plazas con el fin de denunciar que somos víctimas
de un modelo productivo extractivista, colonial y depredatorio que, como
esencia del sistema global capitalista, saquea nuestros recursos, destruye
nuestra naturaleza y explota a nuestras poblaciones, resquebrajando las
economías regionales y deteriorando nuestros lazos comunitarios. Monsanto,
Barrick Gold, Vale, IRSA, Techint, Chevron son sólo algunos de los nombres de
empresas transnacionales que imponen cómo debemos vivir. Grobocopatel, Aceitera
General Deheza, YPF son los articuladores nacionales que despliegan las piezas
nacionales del modelo extractivo. Los gobiernos de turno (nacionales y locales)
y los organismos internacionales crean las condiciones necesarias para que nos
transformemos en los proveedores de materia prima y de mano de obra barata.
El modelo extractivo ha
mostrado múltiples caras en nuestro país:
-La del agronegocio, que ha construido una cadena sumamente
concentrada en pocas empresas transnacionales de insumos (semillas y
agrotóxicos) que pretenden decirnos qué vamos a comer y cómo lo vamos a
producir. No contentos con apropiarse de nuestras semillas (a través de la
convivencia con la clase política modifican leyes con el mero fin de controlar los
mercados de alimentos), y con esclavizar a los productores agrarios que
dependen de sus productos, estas empresas además definen cómo nos vamos a
morir, transformando nuestros territorios, escuelas y pueblos en “fumigados”,
con el vertido de más de 400 millones de litros de agrotóxicos por año.
-Las industrias contaminantes, como las pasteras y las
curtiembres que vierten miles de litros de químicos sobre nuestro ambiente y nuestros lugares de trabajo,
infectando el aire, el agua y la tierra, y generando múltiples enfermedades a
nuestra clase trabajadora, muchas de ellas causales de muerte.
-Aunque la resistencia popular ha frenado la expansión de la megaminería
a cielo abierto, las empresas transnacionales que llevan adelante esta
actividad han desplegado todas sus estrategias (responsabilidad social
empresarial, represión, compra de complicidades) para continuar avanzando en
nuestros territorios, aumentando la pobreza de nuestros pueblos y destruyendo a
cada paso. Sin embargo, la defensa del agua como elemento de vida es central y
los pueblos seguimos rechazando la presencia de estos emprendimientos y
reclamando por su soberanía.
-En los espacios urbanos, el modelo extractivo condensa un
gran número de problemáticas que nos hacen perder todos los días nuestra
calidad de vida. La problemática de la vivienda, la contaminación
electromagnética (subestaciones eléctricas y antenas), la falta de servicios
sociales básicos, la falta o deficiente tratamiento de los residuos (CEAMSE,
quemas a cielo abierto, microbasurales, etc.), la expropiación de los espacios
públicos, contaminación, aguas servidas y los trabajos indignos y precarios en
empresas contaminantes (fábricas,
talleres, usinas y otros lugares de producción y servicios), nos
muestran el nivel de precarización general de nuestra vida. La contracara es la
ganancia de grandes empresas que especulan con nuestra miseria y
segmentan las ciudades.
-La destrucción de bosques, selvas y humedales conllevan la drástica modificación
de los ecosistemas, destruyendo el hábitat de innumerable cantidad de
especies, modificando el ciclo del agua y del carbono, claves en la regulación
de nuestro planeta. La destrucción de los humedales seguida de relleno de
tierras por los grandes emprendimientos inmobiliarios (barrios cerrados y
clubes de campo, “territorios” de la clase explotadora), son un elemento central
en la mayoría de los procesos de inundaciones que sufrimos
cada vez más en todo el país. El monocultivo sojero y la pérdida de grandes
masas de vegetación ligada a éste, también hacen lo suyo al respecto.
-Un planeta colapsado por el consumismo capitalista nos obliga a
discutir la matriz energética. Sin
embargo, estos debates se cierran entre cúpulas entreguistas que nos “venden”
la necesidad de continuar sosteniendo las energías “tradicionales”, como la energía
nuclear (cara, peligrosa, con volúmenes insostenibles de residuos radioactivos
que no tienen tratamiento), hidroeléctrica (también cara y avasallando a las
poblaciones locales) y fósil (muy contaminante en su extracción -sea la
convencional o el fracking- y uso/quema). Mientras el gobierno nacional
promueve la construcción de centrales nucleares e hidroeléctricas cerrando
acuerdos con Rusia y China, y el saqueo del petróleo por las trasnacionales y
las nacionales, avanzando sobre los territorios de los pueblos originarios de
la patagonia, a pura represión física y jurídica. Nuestros pueblos rechazan la
continuidad del sistema productivo ya existente y exigen que se reemplace el
sistema actual por energías primarias renovables.
Enmarcados en un nuevo año electoral, la “clase” política se llena de
discursos vacíos que prometen el progreso y el desarrollo y hasta, en algunos
casos, nos dicen regalar una mejor calidad de vida ostentando sus etiquetas
“verdes” y “recicladas”. Sin embargo el PRO, Frente Renovador, Frente para la
Victoria, UCR y las falsas expectativas progresistas de la social democracia
sojera, muestran grandes similitudes en lo que respecta a la política socio-
ambiental. Los tres poderes del Estado (Ejecutivos, Legislativos y Judicial)
son engranajes fundamentales para que progresen los negocios de las grandes
corporaciones, para que se desarrollen las ganancias de los grandes
empresarios.
Quienes venimos luchando hace décadas por una vida digna sabemos que a
las palabras se las lleva el viento y que la letra de las leyes no son más que
letra muerta. La Ley de Bosques (26.331), la ley de Glaciares (26.639) y la Ley
General del Ambiente (25.675) han sido aprobadas luego de la lucha y el
esfuerzo de compañeros y compañeras que reclamamos durante años en las calles
de nuestro país, y que hoy no son implementadas, o son abiertamente violadas
con la complicidad de los poderes del Estado en sus tres niveles. Asimismo, padecemos la Ley 26773 de
ART-Riesgos del Trabajo que mantiene la privatización del control de los
riesgos y la atención de accidentes y enfermedades ocupacionales, la que debe
ser derogada y reemplazada por una Ley que habilite nuestros control sobre las
condiciones y ambiente de trabajo y renacionalice el sistema de prevención,
atención y rehabilitación de las/os trabajadoras/es dañadas/os.
Porque entendemos que somos nosotros y nosotras los que debemos decidir
sobre nuestras formas de vida, sobre qué, cómo y para quién producir, es que
decidimos luchar de manera articulada con compañeros y compañeras de todo el
país y el continente, para mostrar que nuestras condiciones de vida no se
negocian y que el derecho a un ambiente sano es mucho más que palabras.
Nuestra lucha se sustenta día a día en propuestas alternativas a este
sistema y a este modelo, con la construcción colectiva y democrática de
proyectos de agroecología, reutilización y reciclado de RSU, relocalización y
reconversión tecnológica de las industrias contaminantes, autodeterminación y
control ciudadano de los procesos productivos, promoción e inversión en la
investigación y uso de energías renovables y sustentables (para uso
domiciliario e industrial).
No nos pararán ni con la Ley Antiterrorista, ni con el Proyecto X, ni
con los procesos judiciales ni tampoco con la represión física, policial o
parapolicial.
Porque entendemos que una vida digna, implica no sólo la erradicación de
la pobreza sino también el acceso a la vivienda y al agua potable, a un
ambiente saludable y sustentable, a una ciudad y un campo en condiciones
igualitarias, en los días cercanos al 5 de junio, cientos de compañeras y
compañeros saldremos a las calles de Argentina continuar denunciando lo que nos
oprime y proponiendo alternativas.
- SUTEBA MARCOS PAZ
- LISTA LILA DE MERLO-MARCOS PAZ-LAS HERAS-CAÑUELAS
- CONCIENCIA SOLIDARIA ONG INTERPROVINCIAL.
- ALEJANDRO GREGO- DNI 6379467
- Dra. Cristina ARNULPHI/FaMAF- UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA
- Pamela Bergés. Trabajadora de la Salud Pública.
- ASAMBLEA CIUDADANA AMBIENTAL CONCEPCIÓN DEL URUGUAY, ENTRE RÍOS
- Paula Costantini DNI 29.959.799
- Corriente Político Sindical "Rompiendo Cadenas"
- Elena Cedrón (ConfraternizarHoy) bióloga y profesora jubilada.
- Organizaciones Libres del Pueblo (OLP)
- Agrupación Simón Bolívar
- CEAO (Centro de Estudios Alejandro Olmos) de Santa Fe
- Avit Gabriela Silvana DNI: 25.994.337
- Colectivo de Comunicación Sociambiental Tinta Verde
- El Paraná NO se toca
- Colectivo de Comunicación Sociambiental Tinta Verde
- El Paraná NO se toca
- Frente Universitario de Luján
- Movimiento por la Unidad Latinoamerica y el Cambio Social
- Espacio de Luchas Territoriales Río Bravo
- Pueblo en Marcha- Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía
- Tierra Para Vivir - COB La Brecha
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